El problema del Capitalismo Occidental

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21 de noviembre de 2023
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El problema del Capitalismo Occidental. Un análisis de nuestro modelo económico

A lo largo de los años el modelo de capitalismo occidental ha tenido problemas y preocupaciones significativas relacionadas con la desigualdad y la pobreza. Explicaremos estos temas a través de datos duros, estadísticas y proyecciones, comparando el modelo capitalista occidental con el modelo europeo y destacando similitudes, diferencias, ventajas y desventajas.

El modelo capitalista occidental, con su énfasis en la propiedad privada, la libre competencia y la acumulación de riqueza, ha sido el motor económico predominante en la mayoría de los países de América Latina, incluido México.

Desigualdad y Pobreza en México y Latinoamérica

La desigualdad económica en América Latina es un problema persistente. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región es una de las más desiguales del mundo. En 2022, cerca de 201 millones de personas (32,1% de la población total de la región) viven en situación de pobreza, de los que 82 millones (13,1%) se encuentran en pobreza extrema. México, en particular, enfrenta altos niveles de desigualdad, con un coeficiente de Gini de aproximadamente 0.45, donde 0 representa la igualdad perfecta y 1 la desigualdad total. Esto significa que una pequeña élite controla una parte desproporcionada de la riqueza, mientras que la mayoría de la población lucha por llegar a fin de mes.

La desigualdad en América Latina está estrechamente vinculada a la pobreza. A pesar del crecimiento económico en la región, la pobreza sigue siendo un desafío. En México, aproximadamente el 44.3% de la población vive en la pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

El problema de las clases sociales

La desigualdad en nuestro país se refleja en la existencia de diversas clases sociales. En general, podemos identificar tres clases principales de acuerdo al INEGI:

  • La Élite o el 1.2%: Esta clase está compuesta por individuos y familias con un alto poder adquisitivo. Controlan una parte significativa de los recursos económicos y tienen acceso a servicios de calidad, educación superior y atención médica de primera clase. Ganan en promedio más de 77 mil pesos mensuales.
  • La Clase Media o el 42.2%: Esta es una clase en crecimiento, pero a menudo precaria. Comprende a profesionales, empresarios pequeños y medianos, así como trabajadores con empleos estables. A menudo se esfuerzan por mantener su estatus económico y luchan contra la inflación y la falta de oportunidades. En promedio, ellos ganan alrededor de 22 mil pesos al mes.
  • Los Marginados o el 56.6%: Esta clase incluye a la mayoría de la población. Son trabajadores informales, desempleados o personas con bajos salarios que viven en condiciones precarias. Tienen un acceso limitado a servicios básicos y a menudo luchan por satisfacer sus necesidades más básicas. Su salario promedio es inferior a 11 mil pesos mensuales.

Comparación con el Modelo Europeo

El modelo capitalista europeo, aunque también imperfecto, presenta diferencias notables con el modelo occidental. En Europa, la atención a la igualdad y la justicia social es más prominente, con una mayor inversión en programas de bienestar social, atención médica universal y educación de calidad. Esto ha llevado a una menor desigualdad y tasas de pobreza más bajas en muchos países europeos en comparación con América Latina. En Europa de acuerdo a Eurostat, en 2022 el 21.6% de la población estaba en riesgo de pobreza, en el caso de Estados Unidos hablamos de casi el 12%.

Algunas de las similitudes y diferencias clave entre ambos modelos son las siguientes:

Como similitudes encontramos que ambos modelos promueven la inversión y la propiedad privada como motores del crecimiento económico. Tanto en Europa como en América Latina, las desigualdades existen, pero varían en grado y alcance. La propiedad privada y la posibilidad de acumular riqueza pueden servir como un fuerte incentivo para que las personas inviertan, creen empresas y generen empleos. El modelo capitalista occidental ha demostrado ser eficaz en el estímulo del crecimiento económico y la innovación a lo largo del tiempo, además de que permite la adaptación a las condiciones cambiantes del mercado y la globalización.

En contraparte, como diferencias tenemos que mientras que Europa prioriza el bienestar social y la redistribución de la riqueza a través de políticas de impuestos progresivos y programas sociales, América Latina tiende a tener una menor inversión en estos aspectos. De acuerdo a Eurostat, la Unión Europea invierte el 30% de su PIB en bienestar social, frente a un precario 10% que invierte México en los mismos rubros. América Latina como región, invierte sólo el 4% en Salud Pública, lejos del mínimo 6% que recomienda la OMS.

El acceso a servicios de salud y educación de calidad es más equitativo en Europa, así como la movilidad social, lo que significa que las personas tienen una mejor oportunidad de mejorar su estatus económico independientemente de su origen, pues le quita la preocupación a la ciudadanía de acudir a mejores médicos o a una educación competitiva a cambio de desembolsar mucho dinero y perder de 3 a 4 horas del día trasladándose a sus empleos que por cierto, son mal pagados.

En resumen, el modelo capitalista occidental ha generado un crecimiento económico significativo, pero también ha acentuado la desigualdad y la pobreza en México y Latinoamérica.

Comparado con el modelo europeo, se observa una mayor atención a la igualdad y la justicia social en Europa. A medida que la región busca soluciones, es crucial considerar las ventajas y desventajas del modelo actual y encontrar formas de equilibrar el crecimiento económico con la equidad social.

Como dijo el economista Amartya Sen, «La verdadera riqueza de una nación no es su capacidad de enriquecerse, sino su capacidad de enriquecer a su población.

Es un esfuerzo que tiene que comenzar con un trabajo colaborativo entre el gobierno, propiciando mejores condiciones de salud, gestión de recursos y seguridad públicas y las élites; grupos de empresarios y universidades enfocándose en pagar salarios dignos que superen al menos 2 veces el umbral de pobreza (el equivalente a pagar más de 12,200 pesos mensuales) y creando mejores condiciones de trabajo que capaciten continuamente al colaborador en lo profesional, mental y físico.

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